Hoy 25 de agosto conmemoramos
al gran Rey Luis IX, el Santo. En una época en que comenzaba a flaquear la
pureza de intención cristiana, San Luis volvió a encender el mito de las
cruzadas.
San Luis Rey de Francia, nombre mítico, que nos lleva a la esfera de lo irreal-real.
Nace
San Luis el 25 de abril de 1214, cerca de París, hijo de Luis VIII y la gran
Blanca de Castilla. Esta española de fe, le transmitió el amor a la religión
católica. Ella le decía que prefería verlo muerto a manchado con un pecado
mortal. Tiempos aquellos… que con el favor de la Inmaculado Corazón de la
Virgen volverán.
Cuando
tenía 12 años muere su padre, el Rey. Y cumpliendo sus órdenes, fue coronado a
esa edad, en Reims, bajo la regencia de su madre.
Cuando
tenía 20 años se casa con Margarita de Provenza, con quien criará 11 hijos. Él
mismo, después de recitar las completas, los reunía y les contaba vidas de
santos, los incentivaba a la virtud. Les enseñó a rezar, a asistir
frecuentemente a misa, a rezar las horas litúrgicas, toda una completa instrucción
religiosa. Él mismo recitaba las horas canónicas, leía con frecuencia la
Sagrada Escritura, los Padres de la Iglesia. Se confesaba con frecuencia, y no
permitía que el confesor allí en ese tribunal lo llamase de majestad, pues
decía que ahí el sacerdote no era súbdito sino padre, y él, no era allí rey,
sino hijo.
Rey bondadoso,
justo juez, se hacía querer y también temer
Cuando
recibía quejas de que algún magistrado estaba actuando mal, nombraba jueces
extraordinarios para examinar sus conductas. Premiaba a los buenos servidores,
y a los malos castigaba ejemplarmente. Era bondadoso, pero se hacía respetar, y
temer.
Se
tornaron famosos sus propios juicios, en el tronco de Vincennes. He aquí como
lo cuenta su biógrafo Joinville:
A menudo sucedía
que, después de la misa, se sentaba en el bosque de Vincennes, bajo un roble, y
nos hacía sentarnos alrededor suyo. Y todos los que tenían una cuestión que
resolver venían a hablar con él, sin obstáculos de guardias ni nada por el
estilo. Entonces les preguntaba: ‘¿Alguien quiere presentar una queja?’ Los que
tenían reclamaciones que hacer se levantaban. Les decía entonces: ‘Cállense
todos, seréis atendidos uno tras otro’. Luego designaba a Monseñor Perronde
Fonteinnes y Monseigneur Geffroy de Villete [grandes juristas] y le decía a uno
de ellos: “Arregle este litigio”. Y cuando percibía algo que corregir en las
palabras de quienes hablaban en su nombre, o en nombre de alguna de las partes,
él mismo hacía la corrección.
A Joinville le recriminaba que prefiriese cometer un pecado mortal a contraer lepra, pues le decía que no estaba garantizado, a la hora de la muerte, el suficiente arrepentimiento para acceder a la paz con Dios.
Caridad heroica
A
un monje que sufría lepra, San Luis visitaba con regularidad, y dicen que en
una ocasión lo ayudó a comer, colocándole los pedazos de carne en su boca
devastada. Ayudaba a los pobres de manera insigne.
En
agosto de 1248 parte hacia Aguas Muertas, puerto francés, para comandar la VII
Cruzada. En junio del año siguiente conquista Damieta, en Egipto. Pero después
de malos pasos dados por sus subalternos, especialmente su hermano Roberto, y
tras enfrentar el hambre y la peste, cae prisionero en abril de 1250. Los captores
admiran su coraje, la grandeza de su alma.
Después
de pagar abultado rescate, entrega Damieta, parte luego a San Juan de Acre,
(hoy en día Acre, en Israel) y queda en oriente durante cuatro años,
favoreciendo sobremanera la causa cristiana.
En
la primavera de 1252, muere Blanca de Castilla, lo que hace que regrese a
Francia en 1254.
Muere en su
segunda cruzada
En
julio de 1270 parte para una nueva cruzada, y esta vez se dirige a Túnez; toma
fácilmente Cartago, pero pronto bajo el tórrido sol africano, mal
abastecimiento de agua, y malas condiciones de higiene, el ejército cruzado se
ve diezmado fruto de una epidemia. Uno de los alcanzados fue el rey.
La
víspera de su muerte quiso ser colocado en cenizas, con los brazos en cruz. Lo
oían murmurar: “¡Señor, entraré en vuestra casa y os adoraré en vuestro santo
tabernáculo!”. Murió el 25 de agosto de 1270.
Con información de GaudiumPress.org
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