“Durante la Edad Media, la fuerza de San José estuvo al lado de los monjes, dándoles ánimo y sabiduría para construir, al son de las armoniosas melodías del canto gregoriano y bajo la dulce férula de la regla benedictina, una nueva civilización sobre las ruinas del Imperio Romano.
El
Santo Patriarca acompañó también los largos caminos de los peregrinos
penitentes, revistió de coraje a los cruzados y sostuvo la realeza, que tuvo en
San Enrique, San Luis y San Fernando -entre tantos otros-ilustres modelos de
combatividad contra el mal y de celo por consolidar la justicia del Evangelio
en todas las instituciones humanas.
En
el declive de la Edad Media, el gusano roedor del orgullo y de la sensualidad
ya minaba el esplendoroso edificio construido por la Iglesia. La acción de San
José durante esta fase seguramente consistió en promover la devoción al Corazón
de su Sacratísimo Hijo. Sin embargo, las llamas de este Corazón, que debían
incendiar las almas, fueron casi extinguidas por las olas del materialismo y de
la vanidad.”
¡San
José mi padre y señor, enséñame a querer más cada día a Jesús y María!
⚜ Fuente: Mons. João S. Clá Dias, EP in “San
José, ¿Quién lo conoce?...”
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