Que el alma
purísima de San José se juntó nuevamente a su cuerpo, es decir que él resucitó,
es algo sustentado por innúmeros santos, doctores y teólogos.
Para defender esa
tesis se basan en el Evangelio de San Mateo que narra los acontecimientos que
siguieron a la muerte del Redentor: "Inmediatamente, el velo del Templo se
rasgó en dos, de arriba abajo, la tierra tembló, las rocas se partieron y las
tumbas se
abrieron. Muchos cuerpos de santos que habían muerto resucitaron y,
saliendo de las tumbas después que Jesús resucitó, entraron en la Ciudad santa
y se aparecieron a mucha gente" (Mt 27, 51-53).Imagen de San José que se venera en el Seminario Internacional de los Heraldos del Evangelio. |
Además, el Magisterio papal desde Benedicto XIV ya afirmó que se puede creer piadosamente en la resurrección del Santo Patriarca de la Iglesia.(1)
Entretanto, se pone el tema de cuando resucitó San José.
Es casi unánime el parecer de que San José habría resucitado por lo menos antes de la Ascensión y concomitante con la resurrección de Cristo, y que habría subido con el Señor en cuerpo y alma al cielo el día de la Ascensión.
Sin embargo, Mons. João Scognamiglio Clá Dias, EP, en su magnífica obra 'San José: ¿Quién lo conoce?' (2), establece otra hipótesis al respecto, y es la de la rápida resurrección de San José después de su muerte: "Quizá San José, tan favorecido en el orden de la gracia en previsión de los méritos de Cristo y de las lágrimas de María, haya resucitado pocos días después de su muerte, no como el primogénito de entre los muertos, sino como el precursor de Cristo en la Resurrección". (3)
Para sostener esa tesis, Mons. João Clá aduce varias razones, de las cuáles copiamos aquí algunas:
"¿Permitiría Dios que el cuerpo purísimo de aquel que jamás fuera tocado por la mancha original se mantuviese separado por varios años de su alma, la cual ya gozaba de la visión de Dios en la gloria? De otra parte, ¿teniendo Nuestro Señor y su Santísima Madre un amor indecible por San José, no desearían ellos que el padre y esposo virginal fuese recompensado a la altura de sus insondable merecimientos? (...) La santidad impar del patriarca, muy arriba de cualquier otro bienaventurado o ángel, parece sugerir ser arquitectónico en el orden de la salvación que el premio de la resurrección le fuese concedido con precedencia a los justos de la Antigua Ley".
Monseñor Joao Scognamiglio Clá Dias, EP |
San José ya en el cielo, continuó su "misión de guardián de Jesús, de María y de la Iglesia".
Por Saúl Castiblanco
(1) Cf. Benedicto XIV. De servorum Dei Beatificatione et beatorum canonizatione. L. IV, p. 2, c.20, n.33-34. In: Opera Omnia.Prati: Aldina, 1841, t.IV, p. 591-592; JUAN XXIII. Homilía en la Solemnidad de la Ascensión, 26/5/1960.
(2) San José: ¿Quién lo conoce? Mons. João Scognamiglio Clá Dias, EP. Heraldos del Evangelio e Instituto Lumen Sapientiae. São Paulo. 2017
(3) Todas la citaciones están tomadas de la obra de Mons. João Clá arriba enunciada.
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